27 sept 2013

Citas


                      “Los límites de mi lenguaje, son los límites de mi mundo.”
                                                                                                                                            WITTENSTEIN                                                                                           “Círculo de Viena”

12 sept 2013

CREEP de J. Linz (inspirada en la canción de Radiohead)


Cuando eras feliz
y te brillaban los ojos,
tu pelo era como el de un
                        Ángel,
tu fina y blanca piel
me llenaba de caricias.

Te quejabas de tu padre
y ahogabas tus penas en vino,
escribiendo poesías tristes
y fumando cigarrillos rubios.

Y yo estoy metido en esta cripta
soy el que atrapa el humo de tus
                        cigarrillos,
perdido y sin control,
me lleno los pulmones
intentando ser perfecto.
Pero en esta cripta no hay vida.

Salgo con los amigos,
sigo conservando el control
me pregunto:
¿cómo aguantan sus tristes vidas?
Me he perdido, estoy bajo tierra,
soy un zombi que añora la luz,
por favor que alguien me indique
donde está la salida.

Y yo estoy metido en esta cripta
soy el que atrapa el humo de tus
                        cigarrillos.
Perdido y sin control,
me lleno los pulmones
intentando ser perfecto.
Pero en esta cripta no hay vida.

Sonrío cuando llego a casa,
las paredes me aprisionan,
¿quién soy? ¿soy un zombie especial?
Desee ser especial…
Pero en esta cripta no hay luz,
ni vino tinto, ni poemas, ni rosas…

ni cigarrillos rubios.

17 jul 2013

" Se querían " Vicente Aleixandre


Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz. 

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso. 

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca. 

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo. 

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo. 

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando. 

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música. 
Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo. 

10 jul 2013

DIGO VIVIR - Blas de Otero


Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.

Porque vivir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.
Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra

6 jul 2013

"Pregúntale al polvo" John Fante

“La sal del océano me corre por las venas, y podrá haber diez mil rutas terrestres, pero nunca me confundirán, porque la sangre de mi corazón volverá siempre a sus preciosos orígenes.”                                                                                          

                                                                               

30 jun 2013

EMILIO PRADOS "Cerré mi puerta al mundo"

Cerré mi puerta al mundo;
se me perdió la carne por el sueño...
Me quedé, interno, mágico, invisible,
desnudo como un ciego.

Lleno hasta el mismo borde de los ojos,
me iluminé por dentro.

Trémulo, transparente,
me quedé sobre el viento,
igual que un vaso limpio
de agua pura,
como un ángel de vidrio
en un espejo.

21 jun 2013

Bob Acri


Dibuja un mundo
de palabras,
donde tú y yo podamos
perdernos.
Un mundo de palabras
ideal,
donde podamos volver
a conocernos.

Dame tu mano
y echemos a volar,
lejos de lo real
lejos del suelo.
Construyamos un
mundo de palabras
entre tú y yo,
el horizonte será nuestro.

Si dices mi nombre yo
estaré allí,
notarás en ti la brisa
de mi aliento,
llámame ahora
ya no esperes más,

haz realidad el sueño.

2 jun 2013

“No es la experiencia del día de hoy lo que vuelve locos a los hombres. Es el remordimiento por algo que sucedió ayer, y el miedo a lo que nos pueda traer el mañana.”
                                                                 ROBERT JONES BURDETTE       
                                                    “Golden day”

10 may 2013

Sobre los escritores


“Las personalidades autoritarias temen la amenaza que surge no de las ideas, sino de las emociones. Los que ocupan el poder nunca quieren que sintamos. El pensamiento se puede manipular, pero la emoción tiene su propia voluntad y resulta impredecible. Los artistas amenazan a la autoridad desvelando las mentiras e inspirando la pasión necesaria para el cambio. Por eso, cuando los tiranos se hacen con el poder, sus escuadrones de fusilamiento apuntan al corazón de los escritores.”
                                                                                  ROBERT MCKEE
                                                                                        “El guión”

4 may 2013

"La voz a ti debida" de Pedro Salinas

                               

A la noche se empiezan 
a encender las preguntas. 
Las hay distantes, quietas, 
inmensas, como astros: 
preguntan desde allí 
siempre 
lo mismo: cómo eres. 
Otras, 
fugaces y menudas, 
querrían saber cosas 
leves de ti y exactas: 
medidas 
de tus zapatos, nombre 
de la esquina del mundo 
dónde me esperarías. 

Tú no las puedes ver, 
pero tienes el sueño 
cercado tode él 
por interrogaciones 
mías. 
Y acaso alguna vez 
tú, soñando, dirás 
que sí, que no, respuestas 
de azar y de milagro 
a preguntas que ignoras, 
que no ves, que no sabes. 
Porque no sabes nada; 
y cuando te despiertas, 
ellas se esconden, ya 
invisibles, se apagan. 
Y seguirás viviendo 
alegre, sin saber 
que en media vida tuya 
estás siempre cercada 
de ánsias, de afán, de anhelos, 
sin cesar preguntándote 
eso que tú no ves 
ni puedes contestar. 



                             

28 abr 2013

Lord Alfred Tennyson "La Dama de Shalott"


I
En las orillas del río, durmiendo,
grandes campos de cebada y centeno
visten colinas y encuentran al cielo;
a través del campo, marcha el sendero
hacia las mil torres de Camelot;
y arriba, y abajo, la gente viene,
mirando a donde los lirios florecen,
en la isla que río abajo aparece:
es la isla de Shalott.
Tiembla el álamo, palidece el sauce,
grises brisas estremecen los aires
y la ola, que por siempre llena el cauce,
por el río y desde la isla distante
fluye que fluye, hasta Camelot.
Cuatro muros grises: sus grises torres
dominan un espacio entre las flores,
y en el silencio de la isla se esconde
la dama de Shalott.
Tras un velo de sauces, por la orilla,
a las pesadas barcas las deslizan
unos lentos caballos; y furtiva,
una vela de seda traza huidiza,
surcos de espuma, hacia Camelot.
Pero ¿ quien la vio nunca saludando?
¿o en la ventana de su estudio estando?
¿o acaso es conocida en el condado 
la dama de Shalott?
Sólo los segadores muy temprano,
cuando siegan ya maduros los granos,
escuchan ecos de un alegre canto
que desde el río llega, alto y claro
hasta las mil torres de Camelot:
Bajo la luna el segador trabaja,
apilando haces en las eras altas.
Escucha y murmura: "es ella, el hada,
la dama de Shalott".

II
Ella teje una tela día y noche,
tela mágica de hermosos colores.
Ha oído murmurar un rumor, sobre
una maldición: ay como se asome
y mire lejos, hacia Camelot.
No sabe que maldición pueda ser,
ella teje y no deja de tejer,
y otra cosa no hay que pueda temer,
la dama de Shalott.

Moviéndose sobre un espejo claro
que cuelga frente a ella todo el año,
sombras del mundo aparecen. Cercano
ve ella el camino que serpenteando
conduce a las torres de Camelot;
Allí el remolino del río gira,
y descortés el aldeano grita,
y de las mozas las capas rojizas
se alejan de Shalott.

A veces un tropel de alegres damas,
un abate, al que portan con calma,
o es un pastor de cabeza rizada,
o de largo pelo y carmesí capa,
un paje se dirige a Camelot;
y a veces cruzan el azul espejo
caballeros de dos en dos viniendo:
no tiene un buen y leal caballero
la dama de Shalott.
Pero en su tela disfruta y recoge
del espejo las mágicas visiones,
y a menudo en las silenciosas noches
un funeral con plumas y  faroles
y música, iba hacia Camelot:
O venían, la luna en su camino,
amantes casados de ahora mismo;
"Estoy enferma de tanta sombra", dijo
la dama de Shalott.
III
A tiro de arco del alero de ella,
él cabalgaba entre la mies de la era;
deslumbraba el sol entre hojas nuevas,
y ardía sobre las broncíneas grebas
del valiente y audaz Sir Lancelot.
Un cruzado al que arrodillado puso
con la dama por siempre en el escudo,
brillaba en el campo amarillo, junto
la lejana Shalott.
Brillaba libre enjoyada la brida:
una rama de estrellas imprevistas
colgadas de una Galaxia amarilla.
Sonaban alegres las campanillas
mientras cabalgaba hacia Camelot:
y en bandolera, plata entre blasones,
colgaba un potente clarín. Al trote,
su armadura tintineaba, sobre
la lejana Shalott.
Bajo el azul despejado del cielo
refulgía la silla de oro y cuero,
ardía el yelmo y la pluma del yelmo,
juntas como una sola llama al viento,
mientras cabalgaba hacia Camelot:
Así en la noche púrpura se viera,
bajo cúmulos sembrados de estrellas,
un cometa, cola de luz, que llega,
a la quieta Shalott.
Su frente alta y clara, al sol brillaba;
sobre los pulidos cascos trotaba;
por debajo de su yelmo flotaban
los bucles negros, mientras cabalgaba,
cabalgaba directo a Camelot.
Desde la orilla, y desde el río,
brilló en el espejo de cristal,
"tralarí lará" cantando en el río
iba Sir Lancelot.
Dejó la tela, y dejó el telar,
tres pasos en su cuarto ella fue a dar,
ella vio el lirio de agua reventar,
el yelmo y la pluma ella fue a mirar,
y posó su mirada en Camelot.
Voló la tela, y se quedó aparte;
se rompió el espejo de parte a parte;
"la maldición vino a mi", gritó suave
la dama de Shalott.
IV
En la tormenta que de este soplaba,
los bosques de oro pálido menguaban,
y el río ancho en su orilla los lloraba.
Un cielo negro y bajo diluviaba
encima las torres de Camelot.
Ella bajó hasta el río, y encontróse
bajo un sauce, una barca aún a flote,
y escribió, justo en la proa del bote,
"La Dama de Shalott".
Del río a través del pequeño espacio
como un audaz adivino extasiado
y en trance, viendo ante sí su trágico
destino, y con el semblante impávido,
ella miró lejos, a Camelot.
Y cuando el día por fin se acababa,
ella se tendió, y soltando amarras,
dejó que la corriente la arrastrara,
la dama de Shalott.
Tendida, vestida de un blanco nieve
desbordando por los lados del bote
las hojas cayendo sobre ella, leves,
a través del sonido de la noche,
ella flotaba hacia Camelot.
Y mientras la afilada proa hería
los campos y las esbeltas colinas,
se oyó un cantar, su última melodía,
la dama de Shalott.
Se oyó un cantar, un cantar triste y santo
cantado con fuerza y luego muy bajo,
hasta helarse su sangre muy despacio,
por completo sus ojos se cerraron
fijos en las torres de Camelot.
Porque hasta allí llegó con la marea,
de las primeras casas a la puerta,
y cantando su canción quedó muerta,
la dama de Shalott.
Debajo la torre y la balconada
entre las galerías y las tapias
hermosa y resplandeciente flotaba,
pálida de muerte, entre las casas,
entrando silenciosa en Camelot.
Al embarcadero juntos salieron:
dama y señor, burgués y caballero,
su nombre junto a la proa leyeron,
la dama de Shalott.
¿Qué tenemos aquí ? ¿ Y qué es todo esto ?
Y en el palacio de luces y juegos
el jolgorio real tornó silencio;
Se santiguaron todos con miedo,
los caballeros, allí en Camelot:
Pero Lancelot, meditando un poco,
fue y dijo, "Ella tiene el rostro hermoso,
por gracia de Dios misericordioso,
la dama de Shalott."

26 abr 2013

La Torre de Marfil (J.Linz)


Si te muerdes

Si te muerdes las ganas
de llorar,
verás como tu vida
poco a poco se apaga.

Si te muerdes las ganas
de gritar,
verás como tu sangre
se acaba.

Si te callas.
Si te alejas de ti misma.
Si te dejas pisar
la locura se apodera de ti,
el yin te arrastra y te
                   domina.

Todo falta.

                         J. Linz

21 abr 2013

ALDOUS HUXLEY "Un mundo feliz"


“Desde luego no hay razón alguna para que el nuevo totalitarismo  se parezca al antiguo. El gobierno, por medio de porras y piquetes de ejecución, hambre artificialmente provocada, encarcelamiento en masa y deportación también en masa no es solamente inhumano (a nadie, hoy día, le importa demasiado este hecho); se ha comprobado que es ineficaz, y en una época de tecnología avanzada la ineficacia es un pecado contra el Espíritu Santo. Un estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre.” 
                                                                                                                                                   (prólogo)


14 abr 2013

Cuento tibetano


La belleza del vacío

Se trataba de un maestro que parecía obsesionado con una sola idea. Cada vez que tenía contacto con sus alumnos, les repetía la misma palabra:
    -Vaciaos, vaciaos.
Tanto insistía el maestro con esta cuestión, que sus alumnos comenzaron, secretamente, a cuestionar esta enseñanza. No veían en ella ningún sentido. Un día, respetuosamente, le dijeron:
    -Maestro, no queremos poner en duda tus enseñanzas, pero...¿podrías decirnos por qué pones tanto énfasis en que nos vaciemos?
    -Cuestionar para aprender e investigar es una buena práctica. Pero no puedo responderos con una respuesta llana a vuestra pregunta. Pero les solicito que mañana os reunáis conmigo en el santuario, trayendo cada uno un vaso repleto de agua.
     Los discípulos, asombrados e incluso un poco incrédulos, siguieron las instrucciones.
     -Ahora vais a hacer algo muy simple. Golpead el vaso con las cucharas. Quiero escuchar el sonido que producen. Los alumnos golpearon los vasos. No brotó más que un sonido sordo, apagado, sin gracia. Entonces el maestro ordenó:
     -Ahora, vaciad los vasos y golpeadlos nuevamente.
Así lo hicieron los monjes. Una vez que los vasos estuvieron vacíos, volvieron a golpearlos con las cucharas. Surgió un sonido intenso, vivo, sin dudas más musical.
Los monjes intuían la enseñanza:
     -Así como un vaso lleno no emite sonidos agradables, con una mente atiborrada de conocimientos o contenidos, difícilmente llegaremos a lo esencial del ser. 

Fuente: extractos de "Cuentos Tibetanos" recop. de Yosano Sim y Pedro Palao Pons 

9 abr 2013

Cita Libro "El viejo y el mar"





“-Que va –dijo el muchacho-. Hay muchos buenos pescadores. Pero como usted ninguno.
         -Gracias. Me haces feliz. Ojalá no se presente un pez tan grande que nos haga quedar mal.
 -No existe tal pez, si usted está tan fuerte como dice.
         -Quizá no esté tan fuerte como creo –dijo el viejo-. Pero conozco muchos trucos y tengo voluntad.”



                                                                         
                                  ERNEST HEMINGWAY
                                         "El viejo y el mar"                                                                                           

5 abr 2013

ESPRONCEDA "A una estrella"






   ArribaAbajo¿Quién eres tú, lucero misterioso,
Tímido y triste entre luceros mil,
Que cuando miro tu esplendor dudoso,
Turbado siento el corazón latir?
   ¿Es acaso tu luz recuerdo triste5
De otro antiguo perdido resplandor,
Cuando engañado como yo creíste
Eterna tu ventura que pasó?
   Tal vez con sueños de oro la esperanza
Acarició su pura juventud,10
Y gloria y paz y amor y venturanza
Vertió en el mundo tu primera luz.
   Y al primer triunfo del amor primero
Que embalsamó en aromas el Edén,
Luciste acaso, mágico lucero,15
Protector del misterio y del placer.
   Y era tu luz voluptüosa y tierna
La que entre flores resbalando allí,
Inspiraba en el alma un ansia eterna
De amor perpetuo y de placer sin fin.20
   Mas ¡ay! que luego el bien y la alegría
En llanto y desventura se trocó:
Tu esplendor empañó niebla sombría;
Sólo un recuerdo al corazón quedó.
   Y ahora melancólico me miras25
Y tu rayo es un dardo del pesar;
Si amor aún al corazón inspiras,
Es un amor sin esperanza ya.
 
                   ¡Ay, lucero! yo te vi
                Resplandecer en mi frente,30
                Cuando palpitar sentí
                Mi corazón dulcemente
                Con amante frenesí.
 
                   Tu faz entonces lucía
                Con más brillante fulgor,35
                Mientras yo me prometía
                Que jamás se apagaría
                Para mí tu resplandor.
 
                   ¿Quién aquel brillo radiante
                ¡Oh lucero! te robó,40
                Que oscureció tu semblante,
                Y a mi pecho arrebató
                La dicha en aquel instante?
 
                   ¿O acaso tú siempre así
                Brillaste y en mi ilusión45
                Yo aquel esplendor te di,
                Que amaba mi corazón,
                Lucero, cuando te vi?
 
                   Una mujer adoré
                Que imaginara yo un cielo;50
                Mi gloria en ella cifré,
                Y de un luminoso velo
                En mi ilusión la adorné.
 
                   Y tú fuiste la aureola
                Que iluminaba su frente,55
                Cual los aires arrebola
                El fúlgido sol naciente,
                Y el puro azul tornasola.
 
                   Y, astro de dicha y amores,
                Se deslizaba mi vida60
                A la luz de tus fulgores,
                Por fácil senda florida,
                Bajo un cielo de colores.
_________
                   Tantas dulces alegrías,
                Tantos mágicos ensueños,65
                       ¿Dónde fueron?
                Tan alegres fantasías,
                Deleites tan halagüeños,
                       ¿Qué se hicieron?
 
                   Huyeron con mi ilusión70
                Para nunca más tornar,
                       Y pasaron,
                Y sólo en mi corazón
                Recuerdos, llanto y pesar
                       ¡Ay! dejaron.75
 
                   ¡Ah lucero! tú perdiste
                También tu puro fulgor,
                      Y lloraste;
                También como yo sufriste,
                Y el crudo arpón del dolor80
                       ¡Ay! probaste.
 
                   ¡Infeliz! ¿por qué volví
                De mis sueños de ventura
                       Para hallar
                Luto y tinieblas en ti,85
                Y lágrimas de amargura
                       Que enjugar?
 
                   Pero tú conmigo lloras,
                Que eres el ángel caído
                      Del dolor,90
                Y piedad llorando imploras,
                Y recuerdas tu perdido
                       Resplandor.
 
                   Lucero, si mi quebranto
                Oyes, y sufres cual yo,95
                        ¡Ay! juntemos
                Nuestras quejas, nuestro llanto:
                Pues nuestra gloria pasó,
                        Juntos lloremos.
 
   Mas hoy miro tu luz casi apagada,100
Y un vago padecer mi pecho siente;
Que está mi alma de sufrir cansada,
Seca ya de las lágrimas la fuente.
 
   ¡Quién sabe!... tú recordarás acaso
Otra vez tu pasado resplandor,105
A ti tal vez te anunciará tu ocaso
Un Oriente más puro que el del sol.
 
   A mí tan sólo penas y amargura
Me quedan en el valle de la vida;
Como un sueño pasó mi infancia pura,110
Se agosta ya mi juventud florida.
 
   Astro sé tú de candidez y amores
Para el que luz te preste en su ilusión,
Y ornado el porvenir de blancas flores,
Sienta latir de amor su corazón.115
 
   Yo indiferente sigo mi camino
A merced de los vientos y la mar,
Y entregado en los brazos del destino,
Ni me importa salvarme o zozobrar.





31 mar 2013

T.S. Elliot


LOS HOMBRES HUECOS

I
Somos los hombres huecos
Somos los hombres rellenos
Inclinados unos con otros
La cabeza llena de paja. ¡Pobres!
Nuestras voces secas, cuando
Susurramos juntos
Son suaves y sin sentido
Como el viento sobre el pasto seco
O pies de ratas sobre vidrio roto
En nuestra bodega seca
Figura sin forma, sombra sin color,
Fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
Aquellos que han cruzado
con mirada decidida, al otro reino, al de la muerte
Recuérdennos, -si es que lo hacen- no como perdidas
Violentas almas, sino sólo
Como los hombres huecos
Los hombres rellenos.

II
Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños
En el reino de los sueños de la muerte
Ellos no aparecen
Allí los ojos son
Luz solar sobre una columna rota
Allí, está un árbol balanceándose
Y las voces son
En el canto del viento
Más distantes y más solemnes
Que una estrella desvaneciéndose.
Déjame estar lejos
En el reino de los sueños de la muerte
Déjame también ponerme,
Tales disfraces deliberados
Saco de rata, piel de cuervo,
Cruces del campo santo
Que se comportan como el viento se comporta
No mas cerca -
Ni siquiera en ese encuentro final
En el reino de las penumbras

III

Esta es la tierra muerta
Esta es tierra de cactus
Aquí las imágenes de piedra
Se levantan, aquí reciben
la súplica de la mano de un hombre muerto
Bajo el parpadeo de una estrella que se desvanece.
Es así
En el otro reino de la muerte
Despertando sólo
A la hora en que estamos
Temblando con ternura
Labios que podrían besar
Componen rezos para piedras rotas.

IV
Los ojos no están aquí
Aquí no hay ojos
En este valle de estrellas que agonizan
En este valle hundido
Esta mandíbula rota de nuestros reinos perdidos
En estos últimos lugares de reunión
Vamos a tientas, juntos
Evitando hablar
Reunidos a la orilla del río caudaloso
Ciegos, a menos
Que los ojos reaparezcan
Como la estrella perpetua
Rosa multifoliada
Del reino crepuscular de la muerte
La única esperanza
De los hombres vacíos.
V
Aquí vamos alrededor del espinoso peral
Espinoso peral espinoso peral
Aquí vamos alrededor del espinoso peral
A las cinco en punto de la mañana .
Entre la idea
Y la realidad
Entre el movimiento
Y el acto
La sombra cae
Porque tuyo es el reino
Entre la concepción
Y la creación
Entre la emoción
Y la respuesta
La sombra cae
La vida es muy larga
Entre el deseo
Y el espasmo
Entre la potencia
Y la existencia
Entre la esencia
Y el descenso
La sombra cae
Pues ligero es el reino
Pues ligero es
La vida es
Pues ligera es la
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
No con una explosión sino con un gemido.