11 sept 2011

INSOMNIO

Me miraba con sorpresa. Yo hice ver como que no me daba cuenta de nada y continué cenando de forma pausada, pues tengo un estómago delicado, y comer con rapidez me sienta bastante mal.
      Soy una persona nerviosa, aunque no se me note, y me cuesta comer de manera pausada. Pero aquella noche, mientras él me miraba, yo respiré profundamente y continué cenando de forma tranquila. Lo cierto era que ya no le quería. Así que poco me importaba si me estaba mirando o no, entre nosotros dos todo había terminado. Si hay algo que puede conmigo es la rutina. La rutina me pone nerviosa.., los nervios me afectan a la hora de dormir y no pego ojo. Llevaba ya tres meses sin poder dormir... me  acostaba y miraba el techo durante toda la noche, mientras oía los ronquidos de él a mi lado, sin darse cuenta de nada...¿Sabéis lo larga que puede hacerse una noche mirando el techo?  
     Sí, lo nuestro tenía que terminar, eso lo supe pronto. Además de nerviosa, también os tengo que advertir de que soy una persona bastante decidida, cuando quiero algo, no paro hasta conseguirlo, y cuando no lo quiero, no paro hasta abandonarlo.
         Y ahora le acababa de abandonar. Había preparado la cena, había comprado una botella del vino y nos habíamos dispuesto a cenar. Él engullía la comida casi sin masticarla y bebía el vino de igual modo, sin enterarse de nuestro final, sin enterarse de nada...como siempre. Yo no quería ni mirarlo, tan harta estaba de él que ni siquiera lo hice cuando se le cayó la copa de vino al suelo y escuché de su boca mi nombre pronunciado en un susurro, seguido de su última bocanada de aire. Con el cuerpo algo torcido pero sentado todavía sobre la silla, se había quedado mirándome con los ojos bien abiertos. Sí, su cara era de absoluta sorpresa. Yo por mi parte, decidí terminar la cena antes de empezar a deshacerme de su cadáver y a olvidarme de él para siempre.
     Me sentía relajada...Mis noches de insomnio habían terminado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario